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Aprender a invertir. ¿Puedo hacerlo?

aprender a invertir

¿Se puede aprender a invertir? Una pregunta que parece siempre en boga. Más en los tiempos que corren, cuando los avances tecnológicos han permitido que se cierren muchas brechas. Una de ellas: obtener los conocimientos necesarios para manejar el dinero y los capitales de forma asertiva. 

Antes de hablar de aprender a invertir, es conveniente una revisión rápida de lo que implica este concepto. En palabras simples: es el desembolso de recursos financieros (dinero) con el propósito de obtener un beneficio en un tiempo determinado. La retribución a la que se aspira no tiene que ser únicamente económica.

Esta noción va íntimamente relacionada con las ideas de ahorro y postergación del consumo. De manera general, suele hablarse de inversión principalmente en ámbitos empresariales. Pero también tiene aplicaciones a nivel personal y familiar.

Por supuesto que aprender a invertir no es algo que pueda conseguirse en cinco minutos. Como todo aprendizaje, requiere de disciplina, determinación y constancia. De igual forma, estas líneas no pretenden exponer alguna fórmula mágica o milagrosa. Se trata de una enumeración simple de preceptos básicos. En el mejor de los casos, un punto por donde empezar.

Conceptos básicos para aprender a invertir

Antes de adentrarnos un poco más en el tema, es necesario un repaso a conceptos básicos relacionados con las nociones de inversión. A saber:

Rentabilidad

Es el beneficio al que se aspira al realizar cualquier inversión. Depende de variables que no siempre están bajo el control de quienes invierten. Como los cambios políticos o económicos tanto a lo interno de cada ciudad, región o país, como a nivel internacional.

La invasión de Rusia a Ucrania o la pandemia por Covid-19 son dos ejemplos de cómo el contexto puede repercutir en la rentabilidad de una inversión. Tanto de forma positiva como negativa.

Se espera que un inversionista tenga la capacidad de advertir algunos escenarios a futuro. No dejar nada “en manos de la providencia” o esperar que alguna situación imprevista tenga lugar para que la inversión resulte rentable.

Riesgo

Toda inversión implica un riesgo. No existe una inversión que sea completamente segura. Además, existe una relación proporcional entre los conceptos de rentabilidad y riesgo. A mayor rentabilidad esperada, suele ser mayor el riesgo a asumir.

Lapsos de tiempo

Al ejecutar una inversión se posterga una utilidad presente esperando obtener un beneficio superior en el futuro. Pero este lapso de tiempo debe ser determinado.

Hay inversiones a corto plazo (hasta un año), mediano plazo (de uno a cinco años) y largo plazo (más allá del lustro). Estas variables temporales van determinadas por las metas específicas que se esperan conseguir.

Diversificación

“No hay que colocar todos los huevos en una sola canasta”. Parte importante de aprender a invertir está en hacerlo en diferentes sectores económicos. Con ello también se diversifican los riesgos y aumentan las probabilidades de obtener dividendos.

La ruta para aprender a invertir

De nuevo, insistimos: No estamos ofreciendo una fórmula milagrosa e infalible con la cual se puede invertir y por antonomasia, conseguir grandes sumas de dinero.

Para aprender hay que estudiar

Como todo en la vida, para obtener los conocimientos en una determinada materia, hay que dedicar tiempo a investigar y aprender.

Se puede aprovechar el inmenso caudal disponible en internet. Las redes sociales pueden servir como filtros para acceder a estos conocimientos. Claro que “no todo lo que brilla es oro”. Hay que tener mucho cuidado al elegir las fuentes de información.

Conocimiento personal

El ‘autoconocimiento’. Tan importante como manejar nociones y estrategias de inversión. Hay que invertir sin ir en contra de la personalidad y las características psicológicas de cada quien. Sin que se deba renunciar a los principios fundamentales. Por supuesto que todo proceso de aprendizaje requiere de flexibilidad para asumir y ejecutar cambios. Pero siempre será necesario conocer primero qué se quiere cambiar y por qué.

Así mismo, invertir demanda de una gestión minuciosa de las emociones. No se trata de prescindir de la intuición, sino de regular los impulsos y no dejarse dominar por ellos

Cuestión de estrategias

Una vez que se establecen metas claras, es posible construir estrategias para alcanzarlas. Aunque siempre hay lugar para la inventiva, la innovación y la creatividad, no siempre es necesario reinventar la pólvora.

No dejar de estudiar

Insistimos en este aspecto. El mundo no deja de girar en ningún momento. Todo cambia constantemente. Para mantenerse siempre actualizado, no se puede dejar de estudiar y de aprender. Mucho menos en un sector tan competitivo como el de las inversiones.


La oferta de cursos y diplomados es bastante amplia. Lo mismo que las opciones a nivel universitario, tanto a nivel de licenciaturas, como en lo que se refiere a especializaciones y estudios de postgrado.

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